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lunes, 7 de diciembre de 2020

CAMINO FRANCES ASTORGA -FONCEBADÓN

ASTORGA - FONCEBADÓN



ASTORGA
La capital de la Maragatería recibió los títulos de Augusta y Magnífica, en el transcurso de los actos de conmemoración de sus 2.000 años de existencia.

 A estos títulos hay que sumar los ya reconocidos de Muy Noble, Leal y Benemérita.
 En Astorga coincide el Camino de Santiago y la Vía de la Plata.
Sede episcopal y cabeza de un importante movimiento monacal desde el siglo VII, los 24 hospitales de peregrinos que llegó a tener la convierten en un enclave indiscutible de la Ruta Jacobea.

Astorga es un monumento en sí misma.


Dejamos el albergue y  la Plaza de San Bartolomé, la ergástula romana,


 el Ayuntamiento -en el que dos maragatos mecánicos marcan las horas-,






 el Palacio Episcopal -obra neogótica de Gaudí, en el que se ha instalado el Museo de los Caminos, con una sala, la Jacobea, dedicada al Camino de Santiago-




un edificio proyectado por el arquitecto modernista Antoni Gaudí.




Capilla
 La construcción se llevó a cabo entre 1889 y 1915.



 El palacio tiene planta de cruz griega sobre la que se superpone una planta cuadrada, con cuatro torres cilíndricas en las esquinas, y rodeado por un foso.4 En dos de los laterales presenta unos cuerpos sobresalientes de planta rectangular, mientras que en los otros dos se encuentran la torre de entrada y la capilla, también rectangular y finalizada con un ábside y tres absidiolos.


Esta obra pertenece al período neogótico de Gaudí (1888-1898)

 y la Catedral gótica de Santa María, al lado del Hospital de San Juan.

Astorga - Catedral, fachada.jpg


dedicada a Santa María, es la sede episcopal de la diócesis de Astorga, documentada desde el siglo III con el título de Apostólica.



Se encuentra en la ciudad de Astorga, provincia de León (España). Antes del edificio actual existió un templo prerrománico y otro de estilo románico consagrado en el año 1069, que pudo tal vez ser terminado a mediados del siglo XIII, sin que se tengan muchas noticias de su construcción.
 La actual catedral comenzó a edificarse por la cabecera en el siglo XV (1471) en estilo gótico (naves y capillas) y siguió en los siglos posteriores con la portada sur y dos capillas perpendiculares a la nave en estilo renacentista y la fachada principal en barroco del siglo XVIII.


 La obra gótica tiene posibles vínculos con los arquitectos Juan de Colonia y su hijo Simón de Colonia en lo que se refiere a la construcción original, atribuyéndose el trabajo del siglo XVI a Rodrigo Gil de Hontañón.


 Es de planta basilical con tres naves que se prolongan sobre la planta románica y capillas entre contrafuertes y tres ábsides poligonales; las bóvedas son de crucería. Los pilares que las sustentan no tienen capiteles sino que se prolongan uniéndose con los nervios de las mismas. Tiene dos torres cuadradas a los pies, con chapiteles de pizarra.

El claustro es neoclásico de 1755; su autor, Gaspar López.


 Por un paseo paralelo a la LE-142 bajamos suavemente hasta la altura de Valdeviejas, donde se encuentra la ermita del Ecce Homo, construcción del siglo XVIII que fue restaurada completamente en 2007.


La ermita, de indudable encanto, data del siglo XVI y que inicialmente se puso bajo advocación de San Pedro.
 En ella hubo un pozo del que los peregrinos se abastecían de agua para aplacar la sed. Y como en tantos lugares de la Ruta Jacobea, la leyenda también tiene cabida. Cuenta que una mujer que se dirigía a Santiago de Compostela se detuvo en ese pozo para coger agua, con la mala fortuna de que su hijo cayó en él. Invocando la madre al Ecce Homo, las aguas comenzaron a crecer, salvando al muchacho. Por este motivo, según la memoria popular, no sólo se cambió el titular de la ermita, sino también se relaciona el hecho con la inscripción que en ella se conserva y que dice: “Echa limosna viajero a este santo Ecce Homo, y al instante verás como sales del atolladero”.


 El ermitaño madruga, sella y además facilita credenciales.
A unos 150 metros a la derecha de la ermita, en la carretera que conduce a Valdeviejas, hay un albergue de peregrinos inaugurado en 2010.


DESVIO A VALDEVIEJAS


Iglesia parroquial de Valdeviejas. Dedicada a San Verísimo, poseyó un buen retablo de principios del siglo XVI, que hoy se encuentra en el Museo de la Catedral de Astorga.




 San Verísimo fue un mártir lisboeta del siglo IV, muy relacionado con Santiago de Compostela ya que sus reliquias descansan en la ciudad del Apóstol por expreso deseo del Papa Juan II, quien en el año 1475 dispuso que se trasladaran a Santiago.


Dejamos atrás la ermita y salvamos la autovía A-6 (autovía del Noroeste que enlaza Madrid con la coruñesa Arteixo) por un paso elevado.
Un andadero al pie de la LE-142 nos espera para conducirnos hasta Murias de Rechivaldo,

Vista general de Murias.jpg

población maragata a la que entramos tras salvar el cauce del río Jerga.

MURIAS DE RECHIVALDO


  La parroquial de San Esteban, del XVIII,

Murias, iglesia3.jpg

 queda a mano derecha y atravesamos Murias por una calle lateral, donde está el mesón y el albergue privado.




Abandonamos Murias de Rechivaldo por medio de una pista de grava escoltada de matorral y escobas.


Una larga recta de más de dos kilómetros nos lleva a cruzar la LE-142 (Km 7,3), carretera que dejamos por un andadero pegado a la LE-CV-192.
 Cerca de media hora después arribamos, ascendiendo de forma muy tendida, al centro de Santa Catalina de Somoza.


SANTA CATALINA DE SOMOZA


También antiguo pueblo de arrieros maragatos, de recias casas con portalones de doble hoja siempre pintados de algún color primario. Varios albergues dotados de bar también permiten un pequeño descanso tras dos horas de caminata.

Este oueblo está documentado también la existencia del hospital de la Virgen de las Candelas, del que ya nada se conserva. Esta localidad vuelve a ser un claro ejemplo de pueblo-camino, con una calle Real -auténtica sirga peregrina- que lo atraviesa y donde se ubican dos albergues y algún alojamiento. Para aquellos que necesiten salvar una urgencia, uno de estos refugios incluye una máquina con vendas y demás complementos para primeros auxilios.



Iglesia de Santa Catalina


Atravesamos la población por la calle Real y a la salida recuperamos el andadero de la LE-CV-192 que, de nuevo en un ascenso casi imperceptible, nos acerca hasta la población de El Ganso.

 Entre medias, una cruz de madera colocada en verano de 2012 sustituyó a la cruz antigua, bastante deteriorada.




EL GANSO

En este pueblo del Camino de Santiago aparecen las primeras casas con cubiertas a dos aguas de paja de centeno y retamas. Se las denomina 'Teitadas'.




 Tuvo hospital y monasterio en el siglo XII bajo la jurisdicción de la Orden Premostratense. Pero es su nombre --'El Ganso'-- lo que más abre la imaginación de los peregrinos.
En El Ganso, tras un par de bares giramos a la izquierda para pasar junto a una fuente y la iglesia de Santiago.




Iglesia parroquial de Santiago. En el atrio tiene una capilla que se conoce como la del Cristo de los Peregrinos. En su interior encontramos una talla del s. XV del Apóstol Santiago vestido de peregrino.

El Ganso nos aguarda el mismo guión: la monotonía del andadero, que en algunos tramos que están por llegar se estrecha y obliga a caminar sobre el asfalto, aunque también se ensancha junto a un pinar.




Una hora después dejamos a mano derecha el cruce a Rabanal Viejo y Maluenga (Km 17,5) y, tras el río de Rabanal Viejo, abandonamos la carretera para tomar una senda que sube entre un rebollar.

Avanzamos pegados a una valla rematada de cruces hechas con palos, donde algunos peregrinos se detienen a colocar la suya.


A mano izquierda se encontraba el monumental roble del peregrino, conocido por el sobrenombre de carballo de Fonso Pedredo.


 Un mito de la ruta jacobea que fue derribado por el viento en noviembre de 2013 (Km 19).

 También a mano izquierda dejamos la ermita del Cristo de la Vera Cruz, propiedad de la Junta Vecinal (Km 19,7).


Dejamos la compañía de la LE-CV-192, que se funde aquí con la LE-142, para entrar en Rabanal del Camino.


La novena etapa del Codex Calixtinus partía de León y finalizaba en Rabanal del Camino. Desde Astorga median tan sólo 20,3 kilómetros y algunos peregrinos alargan la jornada cinco kilómetros y medio más hasta Foncebadón (Asegurarse antes, sobre todo en invierno, de que los albergues de Foncebadón estén abiertos).

Tanto los que hagan noche (hasta cuatro albergues donde elegir) como los que prosigan encontrarán en Rabanal varias posadas que ofrecen comida tradicional y buenos pucheros (Km 20,3).

RABANAL DEL CAMINO



Superamos la calle principal de Rabanal del Camino para llegar junto a un lavadero, donde tomamos una pista entre los piornos - los ciclistas tienen la opción de seguir por la carretera LE-142.








 Hay algunos tramos donde hay que empujar la bici. Un kilómetro más adelante cruzamos la carretera y seguimos por el camino de la izquierda.

Llegamos junto a una fuente abrevadero (Km 22,3). Subimos un breve tramo hasta la carretera LE-142, buena atalaya para otear la silueta de Astorga y las tierras de la maragatería.

 Un camino que progresa por encima de la carretera nos deja 3,5 kilómetros más adelante en el centro de Foncebadón, pueblo arruinado y asentado sobre el monte Irago.
 Resucitado gracias al Camino, cuenta con una taberna, un restaurante, el bar- tienda-ultramarinos El Trasgu que tiene un par de habitaciones y varios albergues.





 

FONCEBADÓN
Los primeros vestigios históricos tiene relación con la celebración en el pueblo del Concilio del Monte Irago, en el que se reunieron todos los obispos del Reino de León a instancias del rey Ramiro II. En este Concilio se trató de las medidas que se deberían tomar para intentar paliar los incesantes desmanes de los bandidos, que se aprovechaban de la orografía y el clima de la zona.



Después de su completo abandono en los años 60, la aldea de Foncebadón ha renacido, como tantas otras, a rebufo del impulso económico del Camino de Santiago moderno.
 Sus orígenes se remontan a un hospital de peregrinos en el siglo XII, fundado por un ermitaño de nombre Gaucelmo, que daba amparo a los devotos en los duros Montes de León.




Iglesia de Santa María Magdalena, patrona del pueblo, que luce su recientemente restaurada espadaña.


Foncebadón es el último pueblo maragato, asentado sobre un collado, en la ladera del Monte Irago, en pleno Camino de Santiago, muy cerca ya de la conocida Cruz de Ferro. 

 Al ser el único paso hacia Galicia por los montes de León, la vía era transitada por viajeros de todo tipo, por lo que esta localidad de montaña también sufrió las consecuencias de la apertura en 1764 de la actual carretera por el cercano puerto del Manzanal (1.230 m).






Terminada la jornada, toca descansar




  Fotos de internet

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